Hoy quiero hablarle, querido lector, de esa magia y arte que significa asistir a festivales de música, esos micro-mundos cargados de sonidos nuevos, psicodelia y felicidad. Hace poco, cuando iba escuchando una emisora en los días que ocurría el Festival Estéreo Picnic, (uno de los más importantes en Colombia) la persona que estaba al aire decía que muchos no asistían a aquellos escenarios por ciertos "prejuicios" que se tenían hacia aquellos eventos. Aquí mis razones por las cuales vale la pena la experiencia.
Conocer nuevos artistas: Como todo en la vida, tenemos que abrirnos a lo nuevo, a lo desconocido y si bien los headliners muchas veces son el peso y la cara que le hacen tomar la decisión de gastarse la platica, el festival se construye al a partir de esos artistas bien mainstream y no tan conocidos, esos que están por allá abajo en letra chiquita; le aseguro que más allá de gozarse a ese cantante que siempre quiso ver, también podrá pasarse por otro escenario y conocer nuevos sonidos que le quedarán gustando tanto que no dudará en seguirlos en sus redes, escudriñar en Internet qué más han hecho y volverse muy fan o, en otro caso soyarse su música un buen rato.
No son solo conciertos: Sí, su razón de ser es la música, no se discute; sin embargo, entrar a este mundo va más allá de correr de una tarima a otra; los festivales son una experiencia completa que le ofrecen espacios para relajarse, llevar algunos souvenirs, comer bien, tomarse unos buenos tragos y muchas veces volverse niño y pendejear por un ratico con las distintas actividades. Estos espacios se han transformado en todo un recinto para los amantes de la música y la cultura.
Lo harán un poquito más feliz: Un estudio publicado por la facultad de psicología de la Universidad de Deakin (Australia) en el 2013 afirmó que quienes asisten a festivales o eventos musicales tienen mayores niveles de satisfacción debido a la experiencia que representa escuchar música en conjunto. Si va con la compañía adecuada disfrutará cada segundo, además que le da la posibilidad de usar su atuendo más extravagante o simplemente dedicarse de lleno al am y salirse de la cotidianidad por un momento,
Fortalecer sus relaciones sociales: Usualmente, uno tiende a armar parche para ir a los festivales, que con el tiempo se convierte ese combo de amigos que nunca falla y que etiqueta siempre sin pensarlo en redes sociales cuando se anuncia un próximo evento.
Le apuesto que mientras lee esto pensó en ese amigo que hace su experiencia única. La música nos une, señoras y señores...y estos espacios también dan la oportunidad de entablar nuevas amistadas haciendo una fila o compartiendo experiencias dentro de ellos.
¿Tiene usted otra razón para convertirse o no dejar de ser un festivalero? ¡Hágamela saber!
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